Neruda… qué se puede decir sobre Neruda. El que pudo escribir los versos más tristes una noche, el que la quiso y a veces ella lo quiso también.
A veces no estamos para sonreír ni para mostrar nuestra mejor actitud ante la vida. A veces no entendemos qué le pasa al mundo, qué pasa con nuestra vida o, simplemente, qué nos pasa interiormente.
Hay días en los que quisiéramos escondernos debajo de las cobijas de la cama y dejar la mente en blanco hasta que seamos capaces de enfrentar de nuevo el mundo y todas las complicaciones que nos trae.
Hoy es uno de esos días. No estoy para sonreír, no estoy para cantar, no estoy para bailar.
Hoy soy yo quien puede escribir los versos más tristes esta tarde, pensar en quien no tengo y sentir lo que he perdido, pero no, prefiero hacerle honor a tu silencio y hablar de tu ausencia.
Con estos versos de Neruda cualquiera queda encantado con el silencio.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.